"Hotel" es una palabra adoptada de la cultura francesa quienes originalmente la utilizaban para referirse a un lugar donde se es cuidado. Se trata de un hospital pero en lugar de cuidar de enfermos se cuida de la persona, del trato y de su comodidad. Es de aquí que surge el término "hospitalidad" que es algo tan sencillo como tratar a otros como quisieras ser tratado.
Es una característica innata del ser humano el ser capaz de identificarse como un ente o persona particular y separada de las demás, identificar el "yo". Por consecuencia, identificar un "yo" trae como contraparte el poder identificar un "tú" y este concepto tan sencillo y obvio para muchos ha sido clave en el desarrollo de la especie humana y el forjar de las sociedades civilizadas. Al poder "ver al otro" eres capaz de ponerte en su lugar y comprender cómo se siente y qué necesita. De esta manera se genera un entendimiento por el otro que se convierte en empatía y nos lleva a la hospitalidad vista en Alemania al recibir miles de refugiados sirios desplazados por el conflicto en su país.
Fue la capacidad de entender cómo se siente una persona al arribar a una ciudad totalmente ajena a la suya donde no tiene techo, familia ni amigos la que hizo proliferar la industria hotelera y la llevó de un lugar que meramente ofrece refugio a un centro que brinda hospitalidad y cuidado. El hotel no busca ser un mero techo frío y distante donde pasas la noche, el hotel busca ser tu hogar fuera de casa y un lugar donde puedas sentirte seguro, querido, bienvenido y cómodo. El hotel te ofrece todo un equipo de personas que te entienden, saben que estás fuera de tu elemento y tienen como norte dedicarse totalmente en hacerte sentir tan a gusto como ellos quisieran sentirse de estar en tu posición.
Sin duda la industria hotelera puede estar tranquila sabiendo que este elemento humano difícilmente puede ser reemplazado por plataformas como Airbnb; la hospitalidad no está en el hospedaje, está en la gente...
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